miércoles, 3 de enero de 2007

La marcha: una introducción

En agosto de 1796, un inquieto estudiante y a la vez afamado corredor de 17 años llamado Robert Barclay Allardice se apostó 100 guineas a que sería capaz de cubrir “fair heel and toe” -es decir desplazándose de tal forma que en cada uno de sus pasos el talón del pie que avanzaba hiciera contacto con el suelo antes que el dedo gordo del otro pie hubiera despegado del mismo- los diez kilómetros que separan las villas de Brixton y Croydon en menos de una hora. Lo consiguió y ganó la apuesta. Aquella forma de desplazarse se llama hoy marcha atlética.
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