
Los cerca de 500 participantes que tomaron parte en la pasada edición de las 12 horas de Penang, una pequeña isla de la costa occidental de Malasia, tuvieron que cumplir con un reglamento un tanto particular. El marchador que recibía una tarjeta roja era castigado con la resta de una vuelta al circuito (algo más de un kilómetro). Pero es que además, una nueva vuelta se restaba si el atleta dejaba caer vasos o restos de avituallamiento al suelo en lugar de echarlos a la papelera.
Foto cortesía de Carboman.
Foto cortesía de Carboman.